¿Recibiste tus vacunas? Evidencia experimental sobre el papel de los recordatorios
A pesar de que a nivel mundial se conoce la importancia de vacunar a los niños para asegurar su buen desarrollo, según la Organización Mundial de la Salud, más de 1,5 millones de niños mueren cada año por enfermedades prevenibles por vacunas; lo que representa un 29% del total de muertes de niños menores de cinco años. La mayoría de estas muertes ocurre en países en desarrollo.
En el caso de Guatemala, 86% de los niños menores a un año reciben vacunas, sin embargo, este número decrece gradualmente y al llegar a los cuatro años, sólo un 46% de los niños reciben sus vacunas. Esto quiere decir que un gran porcentaje de niños no culmina el ciclo de vacunación y por ende no finaliza el proceso de inmunización.
Por otra parte, en las zonas rurales de Guatemala existe poca aceptación de servicios médicos. Lo que reduce el chance de que los niños reciban todas sus vacunas. Los investigadores asumieron que esta realidad se debía, en parte, porque desplazarse al centro comunitario era complicado para la gente y en parte, por resistencia cultural.
Teniendo en cuenta el panorama descrito en el contexto, el gobierno de Guatemala instauró el servicio Programa de Extensión de Cobertura (PEC), el cual, a través de organizaciones no gubernamentales, provee servicios de salud preventiva a madres y niños una vez al mes en las distintas comunidades. A su vez, estas ONGs trabajan con visitadores médicos móviles para promover el uso de dichos servicios de salud.
Las ONG también recopilan información en las comunidades aisladas y crean registros médicos electrónicos. Estos registros médicos permiten conocer quienes en las comunidades son madres embarazadas, qué niños necesitan vacunas, entre otras cosas. Para el experimento, se trabajó con una muestra de 130 clínicas durante seis meses. En su mayoría, cada clínica representaba una comunidad, aunque algunas cubrían dos. Los investigadores escogieron de manera aleatoria las clínicas para el grupo de tratamiento y de control. Para aquellas comunidades en el grupo de tratamiento, los visitadores médicos tenían información precisa sobre qué familias tenían tratamientos programados para el próximo mes y qué tratamiento específico necesitaban. Estos datos se sacaban del registro del PEC y permitía a los visitadores médicos ir casa por casa dando recordatorios para que las personas pudieran acudir a la clínica durante los dos días de visita de los médicos del PEC.
Debido a que el programa PEC ya incluía a los visitadores médicos y parte de su trabajo era promover los servicios de salud, para el grupo de control, los visitadores médicos no contaban con la información precisa del programa, sino que debían utilizar su propio registro para rastrear a sus pacientes, si decidían hacerlo.
Para la implementación de la intervención se desarrolló un software que genera las listas de los pacientes, las cuales se entregaban a los visitadores médicos durante la reunión mensual con la ONG.
Por otra parte, antes de dar inicio, los investigadores también llevaron a cabo una encuesta en 1.200 hogares para conocer la visión de los padres frente a la vacunación, las características de las familias y el acceso/uso a los servicios de salud.
El experimento encontró que:
- Los recordatorios son un instrumento más económico que otros (como las transferencias condicionadas) para aumentar el nivel de vacunación. - Los recordatorios aumentaron la probabilidad de que los niños terminaran su tratamiento de vacunación en 2.2 puntos porcentuales en las comunidades tratadas. - Esta es una intervención altamente costo-efectiva, por lo que se convierte en una opción escalable no sólo para intervenciones relacionadas a la vacunación sino a otras, como por ejemplo reducir la malaria.